Destaca en los repertorios italiano y francés, romántico y verista, especialmente en óperas de Puccini y Verdi, y está considerada la mejor Violeta de los últimos veinte años, así como una de las mejores representantes de las cuerdas líricas de Mimí y Magda en su generación.
Hija de un conductor de trenes, estudió en la Academia de Bucarest con Mia Barbu y se graduó en 1990, año de la caída del régimen de Nicolae Ceauşescu, lo que le posibilitó mejores alternativas internacionales.
Se inició en Cluj como Mimì en La Bohème in 1990 y ganó la prestigiosa competencia Belvedere 1990.
Su debut internacional fue en 1992 como Zerlina en Don Giovanni en Covent Garden y en la Wiener Staatsoper como Adina en L'elisir d'amore.
En 1994 Georg Solti la eligió para una nueva producción de La Traviata en Londres que la consagró internacionalmente.
Sus principales roles son Violetta, Mimì, Magda, Adina, Julieta, Nedda, Suzel, Marguerite de Fausto, Leonora, Liú, Micaela, Amelia, Tosca, Manon, Carmen y Charlotte en Werther.
Desde su debut en el Metropolitan Opera en 1993 como Mimi, ha tenido problemas con esa y otras casas de ópera (su falta de asistencia a los ensayos provocó que fuera despedida de la producción de La Bohème en la Ópera Lírica de Chicago en 2007).
Divorciada de su primer marido, de quien conserva el apellido Gheorghiu, se casó con el tenor italo-francés Roberto Alagna en 1996, con quien apareció a menudo en escena y en grabaciones. Juntos filmaron una versión de la ópera Tosca dirigida por Benoît Jacquot y tambien un film de la Ópera Romeo y Julieta de Charles Gounod
El gobierno francés la condecoró como “Officier de l’Ordre des Arts et Lettres”.
Sigue cosechando grandes exitos en los principales teatros del mundo, con su obra fetiche, La traviata, de Verdi. Recientemente ha acompañado al tenor español Plácido Domingo con la ópera Simon Boccanegra en el Teatro Real de Madrid, obteniendo un gran exito.
Según una de sus ultimas entrevistas:
La soprano rumana se niega a ser "la cobaya" de los directores escénicos que desean cambiarlo todo y ha reclamado más respeto de éstos hacia todos los que hacen un espectáculo: desde el cantante hasta el maquillador.
"Debe existir sobre todo una buena alianza entre el director y el artista para que salga una buena producción", ha afirmado la excelsa cantante en una entrevista en su camerino de la Royal Opera House.
"No me gustan las puestas en escena en las que el director cambia la historia o plantea exigencias imposibles al cantante", ha criticado la soprano. Gheorghiu pone como ejemplo de lo que debe ser un regista al veterano Franco Zeffirelli, a quien define como un escenógrafo excelentemente preparado. "El director debe amar su oficio" La soprano ha dicho haber conocido a directores que "no dan ni los buenos días" y otros que se aburren abiertamente con la obra de la que se han encargado cuando, subraya, "es un oficio que hay que hacer con amor".
Sus principales roles son Violetta, Mimì, Magda, Adina, Julieta, Nedda, Suzel, Marguerite de Fausto, Leonora, Liú, Micaela, Amelia, Tosca, Manon, Carmen y Charlotte en Werther.
Desde su debut en el Metropolitan Opera en 1993 como Mimi, ha tenido problemas con esa y otras casas de ópera (su falta de asistencia a los ensayos provocó que fuera despedida de la producción de La Bohème en la Ópera Lírica de Chicago en 2007).
Divorciada de su primer marido, de quien conserva el apellido Gheorghiu, se casó con el tenor italo-francés Roberto Alagna en 1996, con quien apareció a menudo en escena y en grabaciones. Juntos filmaron una versión de la ópera Tosca dirigida por Benoît Jacquot y tambien un film de la Ópera Romeo y Julieta de Charles Gounod
El gobierno francés la condecoró como “Officier de l’Ordre des Arts et Lettres”.
Sigue cosechando grandes exitos en los principales teatros del mundo, con su obra fetiche, La traviata, de Verdi. Recientemente ha acompañado al tenor español Plácido Domingo con la ópera Simon Boccanegra en el Teatro Real de Madrid, obteniendo un gran exito.
Según una de sus ultimas entrevistas:
La soprano rumana se niega a ser "la cobaya" de los directores escénicos que desean cambiarlo todo y ha reclamado más respeto de éstos hacia todos los que hacen un espectáculo: desde el cantante hasta el maquillador.
"Debe existir sobre todo una buena alianza entre el director y el artista para que salga una buena producción", ha afirmado la excelsa cantante en una entrevista en su camerino de la Royal Opera House.
"No me gustan las puestas en escena en las que el director cambia la historia o plantea exigencias imposibles al cantante", ha criticado la soprano. Gheorghiu pone como ejemplo de lo que debe ser un regista al veterano Franco Zeffirelli, a quien define como un escenógrafo excelentemente preparado. "El director debe amar su oficio" La soprano ha dicho haber conocido a directores que "no dan ni los buenos días" y otros que se aburren abiertamente con la obra de la que se han encargado cuando, subraya, "es un oficio que hay que hacer con amor".
Sobre el idioma en el que prefiere cantar, Gheorghiu se decanta por el italiano, que es, en su opinión, una lengua de "gran musicalidad", totalmente apropiada para el canto gracias a su vocalidad, y esto, ha recordado, es algo que "sabía perfectamente Mozart", que eligió el idioma latino para muchas de sus óperas.
Gheorghiu ha afirmado no haber tenido nunca un instructor ni para la música ni para la voz. "Todo lo he hecho sola", ha reconocido con un nada disimulado orgullo una diva operistica, famosa por la seguridad en sí misma de la que hace gala.
Lo que siempre ha hecho y recomienda, sin embargo, es escuchar otras voces: "Yo escucho a todo el mundo. Lo importante es escuchar y ver otros espectáculos. Yo veo todos los que puedo", ha asegurado.
En octubre de 2009 anunció su separación de Roberto Alagna y su cancelación del proyecto Carmen en el Metropolitan Opera
Gheorghiu ha afirmado no haber tenido nunca un instructor ni para la música ni para la voz. "Todo lo he hecho sola", ha reconocido con un nada disimulado orgullo una diva operistica, famosa por la seguridad en sí misma de la que hace gala.
Lo que siempre ha hecho y recomienda, sin embargo, es escuchar otras voces: "Yo escucho a todo el mundo. Lo importante es escuchar y ver otros espectáculos. Yo veo todos los que puedo", ha asegurado.
En octubre de 2009 anunció su separación de Roberto Alagna y su cancelación del proyecto Carmen en el Metropolitan Opera
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